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En Colombia, lamentablemente, se han registrado varios casos recientes de intimidación a periodistas por parte de grupos armados ilegales y funcionarios gubernamentales. Intimidación por parte de grupos armados ilegales: En 17 de los 32 departamentos de Colombia, la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP) ha documentado casos en los que diferentes grupos armados ilegales intimidan, persiguen y amenazan a periodistas con el propósito de controlar la información que se publica en los medios de comunicación local.
Estos grupos operan invadiendo los espacios físicos y digitales de los periodistas. También citan a reuniones para indicarles qué pueden o no cubrir e incluso ingresan a las sedes de los medios.
Atacan a directores, editores, reporteros y locutores, especialmente si están cubriendo temas relacionados con las acciones delincuenciales de estos grupos en el territorio, como seguridad, orden público, hechos judiciales y campañas electorales.
La información que se anuncia o calla sobre estos grupos es de suma importancia para ellos, especialmente cuando están en procesos de negociación con el Gobierno. Por eso, intimidan a los periodistas, dificultando su labor, especialmente en zonas donde el control del territorio está en disputa.
La violencia está privando a las comunidades de la oportunidad de tener información local. Algunos medios locales han cancelado espacios informativos debido a las amenazas, y periodistas han tenido que limitar o frenar el cubrimiento de ciertos temas.
Según la FLIP, en 2023 se registraron 69 agresiones a periodistas provenientes de grupos armados como las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC), Clan del Golfo, la guerrilla del ELN, el Estado Mayor Central y disidencias de las FARC.
La presión y amenazas de estos grupos han llevado a que algunos periodistas abandonen sus lugares de residencia. Esto impacta la integridad física y emocional de los comunicadores y afecta el proceso democrático al privar a las personas de datos sobre las campañas electorales y su derecho al voto informado.
La intimidación a periodistas no solo afecta a los comunicadores individuales, sino también a la sociedad en su conjunto. La valentía y la resistencia de los periodistas son esenciales para mantener una sociedad informada, justa y libre.