Respuesta a: Semana 3 – Los periodistas en la mira

[Vanessa Zapata Hinestroza]

Héctor Fabio Martínez Reyes hijo de Héctor Martínez, fue asesinado por miembros de la policía Nacional adscritos a la estación el Diamante, el 26 de mayo de 2012, en el barrio Antonio Nariño de la ciudad de Cali. Los miembros de la fuerza pública alteraron la versión de los hechos y hasta la fecha la Fiscalía General de la Nación no ha presentado resultados concretos en la investigación que adelanta por estos hechos. Su padre, Héctor Martínez, es periodista del medio Prensa Alternativa de la verdad sin miedo y Derechos Humanos Cali, ha emprendido un gran periplo que lo ha llevado por diferentes lugares del país con el propósito de denunciar, visibilizar y exigir justicia. También ha realizado múltiples acciones encaminadas a la búsqueda de justicia en este crimen tras doce años, aún se encuentra en la impunidad. En medio de esta lucha Don Héctor fue amenazado de muerte, lo que lo llevó al exilio durante varios años a España, donde no paró en la búsqueda de justicia. Actualmente, reside en la ciudad de Cali y continúa ejerciendo su labor periodística con gran tesón y valentía.

Es muy doloroso como ciudadana pensar que los periodistas sean mártires, pero los hechos son irrefutables. Ser periodista en Colombia, es convertirse en un mártir si decides ser de los periodistas buenos, esos que van contra el poder. Sin periodistas que ejercen su labor con ética y valentía, seríamos todos como los hombres de la caverna como lo señala Platón. Estaríamos al margen de la realidad.

Reflexión
Resulta muy triste leer la cantidad de casos en los que los periodistas son víctimas de censura, amenazas, homicidios de tantas latitudes del país. Pienso en el caso de Héctor Abad Gómez, que no solo comparte la coincidencia del nombre con el protagonista de mi caso, sino en la forma en la que estar rodeados de la desgracia los lleva a convertirse en periodistas. Por un lado, Abad quien es su rol de médico, encuentra en el ejercicio empírico del periodismo, una manera de denunciar las pésimas condiciones de salud que se viven en Medellín entre los 70 y 80. Por otra, Martínez quien, tras el asesinato de su hijo, encuentra en la prensa alternativa una posibilidad de encontrar justicia para este crimen y ser la voz de familias que tristemente han tenido que sufrir el rigor de un estado criminal.
En la educación mediática está la apuesta por reivindicar la labor periodística tan vilipendiada por estos tiempos. Se debe empezar por generar empatía a partir de los datos de homicidios y amenazas a quienes ejercen el periodismo y a la vez, sensibilizar frente a los posibles escenarios que pueden acontecer si nos privan de ejercer el derecho a informarnos por la ausencia de periodistas y medios que nos posibiliten a lograrlo.