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El caso José Abelardo Liz
José Abelardo Liz se desempeñaba como locutor en la Emisora Nación Nasa. Tenía dentro del medio un espacio denominado “El sabor de la Tarde”. La emisora hace parte de los canales de comunicación de los cabildos indígenas Nasa y tiene como eslogan: “La voz del pueblo en resistencia”.
El 13 de octubre del 2020, durante el cubrimiento que hacía de la forma en que el ejército nacional desalojaba a los indígenas de “tierras privadas”, en Corinto, Cauca, Liz recibió un disparo en el pecho por parte del ejército. José Abelardo Liz reunía audio y video para informar sobre la situación, pero el ejército colombiano disparó contra los civiles indiscriminadamente. Según testigos referenciados por el CPJ, los indígenas habitaban dicho lugar desde hace seis años y tenían cultivos en crecimiento. Sin embargo, el ejército colombiano fue a desalojarlos bajo el argumento de que las tierras eran privadas y que ellos no debían estar allí.
El día de su muerte, José Abelardo Liz se encontraba grabando material, entre los indígenas que ocupaban el lugar. En el portal de la CPJ se comparten algunos videos en los que se puede ver cómo el ejército disparó contra los civiles sin ningún tipo de precaución. Uno de los testigos citados por el CPJ afirma que los indígenas no tenían armas de fuego ni estaban atacando a los militares. En contraste, el ejército emitió un comunicado en el que afirmaban que infiltrados de las guerrillas comenzaron a atacarlos y a intentar secuestrarlos, por lo que reaccionaron abriendo fuego. Además, afirmaron que los causantes de las muertes habían sido las guerrillas, no el ejército. De cualquier manera, de acuerdo con la FLIP, el ejército nacional actuó de forma desproporcionada y brindó versiones del evento que deben ser rechazadas.
Lamentablemente, no atendieron la herida de Liz a tiempo y, según el CPJ, el ejército dificultó la entrada de profesionales médicos para atender a los heridos, por lo que, después de una larga espera, el periodista, junto a otros civiles, fue transportado a la ciudad de Cali para recibir atención médica, pero fue muy tarde y murió.
Sin dudas, este es un caso en el que la forma de respuesta del ejército socava la imagen de protección que tiene ante sus ciudadanos. Esto afecta la confianza de las personas en las instituciones que se supone que fueron creadas para la protección del bienestar común. Además del problema de confianza, afecta a la forma en que las comunidades se pueden informar: en primer lugar, silencia una de las voces que se encargaban de comunicar la información pertinente para la toma de decisiones y la vida en común; en segundo lugar, perpetúa el miedo y coarta la libertad de prensa, de información y de expresión. A todas luces, es un hecho lamentable y repudiable.
¿Qué crees que podría pasar en el mundo si más periodistas cedieran ante la intimidación en lugar de continuar con su trabajo frente al peligro?
Yo creo que es admirable que muchos periodistas sigan arriesgando su vida para informar a la comunidad acerca de los contextos en los que viven y de las situaciones a las que se enfrentan a diario. Sin embargo, creo que es muy respetable cuando un periodista decide poner su bienestar en primer lugar, pues, lamentablemente, no se le da a la información el valor que debería dársele. En un mundo en el que es posible creer en cualquier cosa que se comunique, es necesario replantear el papel del periodista y hacer conciencia de lo importante que es verificar la información y mantenerse informado.
Respecto a qué podría pasar en el mundo si más periodistas cedieran ante la intimidación, creo que tendríamos un mundo muy similar al actual porque la desinformación, la posverdad y la falta de iniciativa frente a la información hacen que las personas actúen desde el impulso y desde la inmediatez. Eso causa que haya tanta intolerancia y tantos deseos de “pasar por encima” de los otros.
Reflexión
Hoy, más que nunca, es fundamental hacer conciencia y educar en torno a la importancia de la información y de la educación mediática. Es necesario proteger y garantizar los derechos en torno a la libertad de la información, la expresión y la presa. No es posible continuar viviendo en un mundo en que cualquier información es válida y es creída por las personas sin ningún tipo de filtro o reflexión. A todas luces, es urgente educar en el valor del trabajo de quienes deciden dedicarse a la labor de informar y en la necesidad de que más voces se sumen a la responsabilidad de informar desde la realidad y desde los datos comprobados.