El estar bien informados es una responsabilidad que debemos adquirir no solo para nuestro propio beneficio, sino como parte de nuestro deber social. La información errónea puede destruir vidas, ciudades y minorías etnicas. La inundación de información en redes nos permite conocer otras perspectivas, pero también caer en el error de compartir información falsa, lo que nos demanda una mayor responsabilidad.