La información verificable y los barrios vecinos

Hola soy Daniel Chaparro de la Fundación para la Libertad de Prensa.

Como educadores, tenemos la responsabilidad de enseñar a nuestros alumnos no solo qué pensar críticamente, sino también cómo pensar críticamente. Y ahí es donde el periodismo se vuelve relevante. Ya vimos qué es una noticia. Ahora veremos qué distingue al periodismo de otro tipo de información. Este es el primer paso para convertirnos en verdaderos expertos en cómo identificar información confiable y ayudar a nuestros estudiantes a hacerlo. Antes que nada, tenemos que asegurarnos de la diferencia de los contenidos periodísticos frente a otro tipo de información, que se parece, pero no lo es.

El periodismo consiste en recopilar, evaluar, redactar y presentar noticias e información a una audiencia general. Las tres características elementales de los contenidos periodísticos son: 1) tiene algún tipo de interés público, 2) está sujeto a un tipo de verificación periodística y 3), por esta razón, una persona o una organización se hace responsable. Podríamos decir que se trata de información verificada, que se produce sin la presión o el control de alguna parte interesada y por la cual un o una periodista o un medio da la cara.

Supongamos que vamos de viaje por un territorio desconocido, el periodismo es como un buen mapa porque tiene estas tres características y nos hace sentir confiados. Pero comenzamos a pasear por los alrededores y nos salimos del mapa, ya no nos sentimos a gusto. Hay vecindarios como la publicidad, el entretenimiento o la información cruda que podrían extraviarnos.

Veamos:

La propaganda es como una señal del viaje que intenta dirigirnos hacia una dirección particular. Los productores de publicidad y propaganda no tienen la obligación de rendir cuentas usando información verificada. Por eso, en el peor de los casos, la publicidad puede incluir información falsa o engañosa. En el mejor, ante la falta de independencia, solo puede proveer una imagen parcial de un producto o un cliente. Su trabajo es hacer que uno piense lo mejor de una persona, acontecimiento, producto o idea. A diferencia del periodismo, la publicidad no está necesariamente sujeta a los mismos principios éticos de precisión, imparcialidad y responsabilidad.

En cambio, el entretenimiento es como un divertido desvío en nuestro viaje. Si bien el entretenimiento también puede contener información, su objetivo principal es divertirnos en lugar de informarnos. Los productores de entretenimiento se toman licencias creativas, incluso, cuando una película, una telenovela o una serie afirma estar basada en una historia real. Los productores pueden aceptar financiación de cualquier fuente y están libres de exponer cualquier idea que deseen, por lo que no podemos esperar independencia. En la búsqueda de información verificada, independiente y responsable debemos buscar en otro barrio que no sea el entretenimiento.

Ahora veamos la información sin procesar. Esta es como un terreno accidentado que debe transitarse con cuidado y donde no hay señales. Se refiere a cualquier información que no esté procesada o filtrada, como conjuntos de datos o testigos que presenciaron un acontecimiento. Si bien la información sin procesar puede ser una fuente valiosa de conocimiento, puede también resultar falsa, como ocurre con los espejismos en el desierto.

Cuando el periodismo no está bien hecho, hay demasiada publicidad o solo hay entretenimiento e información está sin procesar, aumentan nuestra ansiedad y desconfianza. Es como si estuviéramos perdidos y sin un mapa. Pero si enseñamos a nuestros estudiantes a valorar el periodismo bien hecho, les ayudamos a pensar críticamente, a navegar por sus propios viajes informativos y a ser responsables de la información que comparten y a exigir calidad a la que producen los demás.